Mis plantas registraron los primeros días templados, que anuncian la primavera y empezaron a dar flores y frutos.
Así que empecé lentamente a darles un poco más de bolilla, les agregué compost y preparé varios gajos para transplante.
En la noche del jueves, las luces de Buenos Aires, vista desde el río me encandilaron.
Era la noche de la entrega de los premios anuales del Yacht Club Argentino.
Como L. no estaba para recibirlo, hubo lookeada para el evento.
Y el viernes terminó la semana laboral con un buen libro y un helado.
Y comenzó el finde largo.
Obvio que con el infaltable tejido, el fuego al atardecer y aunque no esté a la vista, una buena tableta de chocolate.
Terminé un chaleco para C. y empecé algo para M.
Y hoy a mitad de semana no veo el momento que llegue el viernes.
Vamos que falta poco!
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