Y nos instalamos en Del Viso, nomás.
El sábado y el domingo, pese a todos los pronósticos, comimos asado con amigos sentados bajo un tibio sol que se escondía de vez en cuando.
Sólo a la tardecita tuvimos que entrar a tomar café cómodamente apoltronados frente al fuego.
Hoy lunes el descanso se mezcla con las cosas pendientes.
Vienen a sacar arbustos que tras treinta años de abandono se hicieron árboles y mañana a presupuestarnos la puesta a punto de la pileta para el próximo verano.
Ya les mostraré en fotos el antes y el después.
Mientras tanto a seguir disfrutando de los días de descanso.
Y de un buen desayuno.
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