No está siendo un cierre de año fácil, por un lado la presión del examen del cual depende mi futuro laboral, por el otro los vaivenes emocionales de mis hijos que un día me aman y otro me odian!!
Too much!!!
Intento serenarme, pensar que todo pasa, imaginarme dentro de unos años recordando estas cosas y riéndo por haberme preocupado tanto... por momentos funciona, por momentos no.
Desde el primer momento, con escasos 20 años y más entusiasmo que sabiduría, puse toda mi pasión, mis virtudes ( tengo algunas!!!) y mis fuerzas en criar a mis hijos. Les brindé tiempo a full, los amamanté amorosamente, los cuidé cuando estaban enfermos, festejé cada una de sus monerías,enseñé a andar en bicicleta, jugué en la plaza, pasé innumerables horas al borde de una piletita de 60 cm de profundidad, limpié mocos, cambié pañales, asistí a más actos escolares de los que puedo contar, me emocioné ante cada jura de la bandera, lloré con cada etapa terminada, y mientras tanto "envejecí", crecí, cambié. No claudiqué en ninguno de los principios que les enseñé y que pienso y sostengo son los pilares que hacen a una persona íntegra, peleé contra viento y marea cada situación dificil, estuve ahí cada vez que me necesitaron, para escuchar y también para opinar, para alentar y también para corregir.
Obviamente me equivoqué montones de veces, obviamente hubo situaciones que hubiera podido manejar mejor, obviamente que no siempre dije lo que tenía que decir o callé lo que tenía que callar. Pero, para bien o para mal, ahí estuve y sigo estando.
Y la verdad...hoy más que "ligera de equipaje", me siento tapada por el equipaje, sepultada bajo toneladas de "historia" familiar, que según el día y el ánimo de quien la recrea me convierten en la buena o la mala de la película.
Y estoy haaaaaaaaaaaaaaaaaaaarrrrrrttttttttttttttttttaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
Hice lo que pude con las mejores intenciones, ya no se puede hacer "rewind"y borrar lo que no nos gusta, basta de quejas!!!
¡He dicho!
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