sábado, 3 de noviembre de 2012

Primavera y cambios.


Poco a poco, el tiempo cálido se va instalando entre nosotros.
A la mañana cuando suena la alarma del despertador, la luz se filtra por las persianas, y a la vuelta del trabajo, hay luz más allá de las siete de la tarde.
Me pasaría todas las tardes sentada en mi terracita, con un libro entre las manos, o algún tejido veraniego o simplemente cuidando de las plantas.
La semana pasada cambiamos toda la ropa, guardamos la de invierno y sacamos la de verano.
Hoy decidí quitar mi plumón de la cama, mandarlo a limpiar y rescatar de la baulera, la colcha de verano.

Las plantas muestran todo su esplendor, pronto podré cosechar la rúcula, todos los días me como una frutilla que tentadoramente se ofrece desde la macetita de mi balcón, la lechuga y los puerros siguen creciendo....
El rosal que los chicos me regalaron ya duerme en maceta propia y todos sus pimpollos se han abierto, mostrando un color rojo pasión.

Los almuerzos son, generalmente, fresquísimas ensaladas, con todo lo que la heladera puede ofrecer.
De postre, helado casero, dulce de leche y frutilla, los sabores del momento.

Los chicos en época de exámenes y cierres de año.
En mi trabajo, se comienzan a cerrar informes y expedientes.

En un abrir y cerrar de ojos, la Navidad estará entre nosotros...




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