La cuarentena continúa.
Hay días con más ánimo y días con menos.
Días en los que el tiempo no me alcanza para todo lo que hago y días que se pasan y no tildé ni la mitad de la lista. Porque siempre hay una lista.
Hay días de cocina, generalmente el día que hago las compras...
La costura está un poco relegada, hice bolsitos, almohadones y barbijos, pero ahora estoy en stand by.
El tejido sigue firme, terminé una colcha al crochet para Lu, varios saquitos para Jaime y empecé un par de medias.
Mientras tanto, en la planta alta de casa, empezó la renovación. Cambiamos un aire acondicionado viejo, hicimos arreglitos en techo y canaletas, y mañana empezamos (el pintor, no yo) con la pintura de los dormitorios.
Junto con la pintada, se viene renovación de algunos muebles, empecé por sacarle el lustre a esta mini biblioteca. Era de mi abuelo y estaba barnizada oscura. Removí barniz y ahora estoy a pura viruta.
De acuerdo al resultado final, será madera lavada o pintura.
Y la diaria, la limpieza, el bendito trapo con lavandina, el alcohol, y todo lo demás.
Pero no me quejo, tengo un techo sobre mi cabeza, calorcito de estufas en estos días fríos y todos los míos están sanos.
Ya volverán los días sin cuarentena.
Mientras tanto, paciencia y esperanza.
Bye, bye. Nos estamos viendo