El fin de semana se pasa rapidísimo, más aún cuando los preparativos para el viaje lo ocupan todo.
Las valijas ya están casi listas, las compras de último momento también. Pasar por la tintorería, decidir cuanto llevar y cuanto dejar en el ropero... ver que los que quedan sigan con su vida minimamente organizada.... comida en el freezer, teléfonos a mano, turnos médicos tomados etc, etc, etc.
Cuando mañana a la noche me ajuste el cinturón en el asiento del avión supongo que me relajaré totalmente y empezaré a disfrutar de los acontecimientos. No todos los días se casa un hermano, a un continente de distancia y con alguien que no hemos tratado frecuentemente, pero a quien ya a la distancia empezamos a querer e incorporar en la familia.
Ah! me olvidaba, el viernes a la noche, tuve reunión familiar con los que quedan aquí, bah!!! unas pizzas caseras, panqueques con dulce de leche y la alegría de encontrarnos y festejar la vida!!
Estos hijos míos, ya son adultos y me parece increíble, cada uno con su vida, su carrera, sus triunfos, sus dudas, sus avances y retrocesos, cosas que me gustan y cosas con las que disiento, pero hijos al fin. Cómo paso que crecieron tan rápido??
Esa fue una de las cosas que agradecí a la noche... tener esos hijos y que fueran buenos, inteligentes y "sanitos" como decían las abuelas.
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